Solo para besarte
bajo el sol a tus pies.
Vacío de su copa
su lujuria sobre ti,
embriagando de dorados
el cabello tuyo
y pinto tu voz de luz,
en aquella tarde sin tiempo.
Soñó ser la fotosíntesis
que te acercara al cielo.
Se regocijaba en tu sombra
gracias a su certera consecuencia.
Nunca tuvo más que tu ausencia
tambaleándose de abstinencia.
Para dejar de pensarte,
creo la noche en un descarte.